Preparación del terreno.
Las acciones concretas de laboreo dependen de la maquinaria disponible, el tipo de maleza, el manejo de paja del cultivo anterior y del tipo de suelo
Subsoleo.
Romper el piso de arado a una profundidad de 50 60 cm sólo cuando el suelo esté compactado. Para esto se requiere de maquinaria competente y de equipo pesado (preferentemente un tractor de oruga o uno convencional con doble rodado trasero).
Rastreo.
Para reducir el tamaño de los terrones (cuando es después del paso de subsuelo) y para roturar y mullir el suelo (para reducir maleza, incorporar fertilizante y facilitar la siembra.
Bordeo.
Lo mejor es eliminarlos para después rehacer los bordos después de la siembra. Sea cual fuere el nivel de labranza, los bordos facilitan el manejo del agua de riego, por lo tanto la distancia entre bordos dependerá del tipo de suelo, su nivelación y la longitud de las “melgas”.